Miguel Delibes hubiera cumplido hoy 100 años: una de las voces más admiradas de nuestra literatura
Este sábado, 17 de octubre de 2020, el escritor Miguel Delibes hubiera cumplido 100 años, un centenario que se ha visto condicionado por la pandemia de COVID-19, a pesar de lo cual se han sucedido en estos meses las iniciativas y actividades para conmemorar el nacimiento del autor de ‘El Hereje’ o ‘Los Santos Inocentes’.
Miguel Delibes Setién nació en una vivienda situada en el número 12 de la Acerca Recoletos de Valladolid el 17 de octubre de 1920. Tercero de ocho hermanos, estudió Primaria en las Hermanas Carmelitas y Bachillertato en el Colegio Lourdes, el cual concluyó en 1936.
El estallido de la Guerra Civil coincidió con su ingresó en la Escuela de Comercio y su formación en modelado y dibujo en la Escuela de Artes y Oficios. Dos años después y ante la inminencia de su movilización en la contienda, se enroló como voluntario en la Armada.
Acabada la contienda, regresó a Valladolid y concluyó sus estudios de Comercio, tras lo cual comenzó a formarse en Derecho. El 10 de octubre de 1941 empezó a trabajar como caricaturista en el diario El Norte de Castilla y en 1942 publicaría su primer artículo periodístico, ‘El deporte de la caza mayor’.
En 1945 ganó las oposiciones a la Cátedra de Derecho Mercantil de la Escuela de Comercio de Valladolid y empezó a simultanear la docencia y la práctica periodística.
El 23 de abril de 1946 contrajo matrimonio con Ángeles de Castro y en febrero del 47 nacerá el primero de los siete hijos de la pareja, Miguel. Ese año también terminó de escribir su primera novela, ‘La sombra del ciprés es alargada’, con el que en enero de 1948 ganaría el Premio Nadal.
Su segunda novela, ‘Aún es de día’ vio la luz en 1949 a pesar de los numerosos recortes a que la sometió la censura, la cual también retiró un manual de historia escrito por Delibes para sus clases como nuevo catedrático de Historia de la Escuela de Comercio.
En 1950 hubo de guardar reposo por un amago de tuberculosis al que siguió el nacimiento de su cuarta hija, Elisa. En diciembre Miguel Delibes publicó su tercera novela, ‘El camino’, con la que alcanzó su consagración literaria. La siguiente, ‘Mi idolatrado hijo Sisí’, saldría a la venta en julio de 1953, mientras que en 1954 apareció su primera colección de cuentos, ‘La partida’.
‘Diario de un cazador’, novela que comenzó a escribir ese año y publicó en 1955, le valió el Premio Nacional de Literatura. Esta novela tendría como secuela ‘Diario de un emigrante’, que junto con el libro de viajes ‘Un novelista descubre América (Chile en el ojo ajeno)’, nacería a raíz de una visita al país andino invitado por el Círculo de Periodistas de Santiago de Chile.
En 1957 publicó ‘Siestas con viento sur’, galardonado con el Premio Fastenrath por la Real Academia Española. Ese año se tradujo por primera vez una novela del autor, concretamente ‘El camino’ al portugués.
Entre 1958 y 1966 dirigió El Norte de Castilla –tras su dimisión en 1963 por sus enfrentamientos con el ministro de Información y Turismo Manuel Fraga continuó como director en la sombra– y en 1959 publicó, gracias a una beca de la Fundación March, su séptima novela, ‘La hoja roja’.
En 1960 publicó un libro de crónicas rurales con grabados de Jaume Pla titulado ‘Castilla’, del que se editan únicamente 150 ejemplares. Este texto se reeditaría cuatro años más tarde con el título de ‘Viejas historias de Castilla la Vieja’, a la vez que en Estados Unidos se editaba ‘El camino’, con 18 ilustraciones del autor.
Ante la censura imperante, Miguel Delibes optó por la literatura para denunciar la situación de abandono del medio rural en ‘Las ratas’, reconocida en 1962 con el Premio de la Asociación Española de Críticos Literarios. Ese año fue padre por séptima y última vez. De la mano de Ana Mariscal, ‘El Camino’ fue llevada al cine.
En 1963 publicó su primer libro de caza, ‘La caza de la perdiz roja’ y su tercer volúmen de crónicas viajeras, ‘Europa: parada y fonda’, en el que recoge sus viajes a Italia, Portugal, Alemania y Francia. Un año más tarde se mudará durante seis meses a Estados Unidos para ejercer como profesor visitante del Departamento de Lenguas y Literaturas Extranjeras de la Universidad de Maryland, del que saldría en 1966 su libro ‘USA y yo’.
Delibes participó en 1965 en el doblaje al español de la película ‘Doctor Zhivago’, del director británico David Lean. Un año después publicaría una de sus obras más célebres, ‘Cinco horas con Mario’.
Invitado por las Universidades de Praga y Brno, Miguel Delibes visita Checoslovaquia sólo unos meses antes de que la Unión Soviética aborte la la Primavera de Praga, título que daría a un libro de crónicas previamente recogidas en la revista Triunfo, en las que el escritor cuenta sus experiencias en aquel país. Cuando el libro está en imprenta, se produce la invasión rusa que Delibes constata y condena.
El 1 de febrero de 1973 fue elegido miembro de la Real Academia Española, para ocupar el sillón ‘e’, vacante por la muerte del historiador Julio Guillén. En diciembre también se convirtió en miembro de la Hispanic Society of America y publicó ‘El príncipe destronado’.
El 22 de noviembre de 1974 falleció, a los 50 años, su esposa, Ángeles, una ausencia que marcó la vida del escritor. Ese mismo año TVE presentó en el Festival de Montecarlo la adaptación televisiva de ‘La mortaja’, que sin embargo no se emitió en España hasta 1993.
Antonio Giménez-Rico llevó al cine la novela ‘Mi idolatrado hijo Sisí’ en 1976, aunque con el título de ‘Retrato de familia’, a la que siguió, en 1977, la adaptación de ‘El príncipe destronado’, bajo la dirección de Antonio Mercero y rebautizada como ‘La guerra de papá’, mientras que Josefina Molina realizó una serie televisiva de cinco capítulos sobre ‘El camino’ que resultó premiada en el Festival de Praga.
En noviembre de 1978 publicó ‘El disputado voto del señor Cayo’ mientras que un año más tarde se estrenó en el Teatro Marquina de Madrid la adaptación teatral de ‘Cinco horas con Mario’. También en 1979 se recogieron sus textos narrativos en ‘Castilla, lo castellano y los castellanos’.